dimecres, de juliol 06, 2005

No te muevas

Suena Chaikovski, y dentro de su música esta mañana nada me parece tan dramático. Elsa se retuerce con obstinación un mechón de pelo que parece blanco porque el sol la baña por detrás. Intenta mantenerse en el equilibrio inestable que hay entre la curiosidad y el miedo a sufrir. Y, sin embargo, si ahora me lo pidiese, estaría listo para destrozar el paraíso. Pero la verdad, tiene las axilas sudadas y no es apta para la majestuosidad de mi mujer. Me mira de una manera que conozco, aunque me parece que hasta este instante no he descifrado el sentimiento encarcelado dentro de esas retinas opacas: es una carencia, una interrupción, un muro. Los suyos son los ojos de una imbécil. Es un descubrimiento explosivo. Detrás de una inteligencia tan aparente se oculta una pátina de sordidez coriácea, casi una ausencia de conciencia: es su escapatoria al dolor. Son los ojos que pone cuando tiene problemas, con los que finge que me entiende, cuando lo único que hace es abandonarme a mi suerte.

Ahora se levanta, se dirige a la cocina, ya casi ha llegado a la puerta. Va con la espalda recta, su magnífica cabellera oscila con sus pasos. Pongo la mirada en el centro de su cuerpo y disparo…

—¿Quieres saber si follo con otra?

Se da la vuelta y pregunta:

—¿Has dicho algo?

Chaikovski cubre. No lo ha oído. O igual sí, por eso se tambalea un poco.


Margaret Mazzantini

El lago de los cisnes, Chaikovski

1 Comentaris:

Anonymous Anònim Comenta...

Doncs sí q té bona pinta el llibre...
Volia escriure per despedir-me d'açò, supose q no podré entrar en un temps (potser vegades puntuals) i sé q ho trobaré a faltar! Així q tu actualitza, q si quan ho torne a mirar hi ha vint nous els devoraré encantada!!
Besets!!

divendres, de juliol 08, 2005 4:23:00 a. m.  

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