dimarts, d’abril 18, 2006

Chris-In-The-Morning

Buenos días, Cicely. Son las 7 y ahí fuera tenemos 0ºC y mucha humedad. Es hora de abrir el buzón de la emisora. Dave, de Mosquito Lake, nos escribe: “Querido Chris, me encantó tu serie sobre el Islam, ¿Podrías mandarme el guión?” Pues lo siento, Dave, no lo tengo. Trabajo sin él. Me encanta que te gustara el programa. Aquí hay una nota personal; mi hermano Bernard me escribe unas líneas desde el continente negro: “Querido Chris, África es justamente como la soñaste. He subido a las Montañas Usambara —en Tanzania, amigos—, y allí vi el amanecer y sentí que la sangre de mis antepasados latía en mis venas. Saludos a todos.” Vaya detalle, ¿no? Bernard está allá cogiendo las curvas de la carretera de la vida mientras la vuestra se arrastra en menudencias día a día, llena de sonido y furia y con miles de anuncios comerciales inútiles. La verdad, amigos, es que últimamente arrastro los pies psíquicamente, y se debe a las subidas y bajadas del bio-ritmo, pero no cabe duda de que todos necesitamos un empujoncito; algo que nos haga saltar de la cama por mañana y saludar al nuevo día con un enorme y cósmico hola.

(…)

La lluvia suele ponerme melancólico. Es la hora de acurrucarse en un rincón, me relajo y huelo la madera. Y hoy sólo me siento mojado ¿Qué tiene el poseer cosas? ¿Por qué sentimos la necesidad de poseer lo que amamos? ¿Por qué nos volvemos tan bestias cuando lo poseemos? Todos sabéis qué es: queréis algo, lo poseéis, y al poseerlo lo perdemos. Cuando por fin has conquistado a la chica de tus sueños, lo primero que haces es tratar de cambiarla; esa forma suya de peinarse, su manera de vestir, cómo mastica el chicle... Y al poco tiempo lo que te gustaba, lo que has cambiado y lo que no te gusta son la misma cosa, como una acuarela bajo la lluvia.

(…)

Buenos días, Cicely. Os encantará saber que esta mañana llega un batallón de ingenieros del ejército para restaurar nuestra frágil tundra, ensangrentada pero no vencida. Buena suerte, muchachos. Y decidle al ejército que basta de excursiones por nuestros preciosos bosques. Me han dicho que nuestros árboles ya no gritan… fin de un extraño fenómeno que nos ha maravillado a todos, pero ellos vuelven a su vida normal. Ah, sí… la vida reposada, como debe ser. Si los árboles volvieran a hablar, tengo la sensación de que dirían algo como: “Eh, humanos, se acabó.” Hay algunas cosas con las que nunca debemos jugar, es mejor dejarlas en paz. Sí, eso está bien, porque la felicidad no es tener cosas, ¿verdad? La felicidad es formar parte de ellas. Gracias a Shelly y a Holling por haberme ayudado a darme cuenta de todo esto.


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Doctor en Alaska - Lugar, Cicely (3x11)

BSO: Batiscafo katiuscas, Antònia Font

5 Comentaris:

Anonymous Anònim Comenta...

Quant d temps!! Jo ho veia años ha quan ho feien en la 2, prou tardet, em sembla... supose q seria diferent veure-ho ara, m'està entrant el gusanillo!

dimecres, d’abril 26, 2006 3:21:00 a. m.  
Anonymous Anònim Comenta...

Si pots mirar-la, no t'ho penses... Per a que faces memòria:

¿Por qué nos gusta Doctor en Alaska?

Concebida originalmente como una comedia con un protagonista bien definido, va evolucionando hacia una serie coral que incorpora elementos poéticos, filosóficos y oníricos, a la vez que va trazando una compleja cadena de relaciones entre los protagonistas, que acaban conformando un universo muy particular: el mundo de Cicely.
A nuestro entender, las razones del éxito están en la honestidad y calidad de los guiones, el magnífico reparto de actores, la exquisita selección de la música y, sobre todo, en la gran cantidad de registros que adopta la serie: si alguien quiere ver una buena comedia, la tiene servida y se reirá con las vicisitudes de los personajes; si lo que busca son guiños culturales y un cierto nivel intelectual, sin duda es su serie; si le gusta que se reflejen las relaciones humanas, los sentimientos y los pequeños problemas cotidianos, no quedará defraudado; si le fascina el mundo onírico, las culturas indígenas, la ecología, el paisaje, la literatura, la filosofía o el cine, tiene de dónde servirse en abundancia. Y quien sólo busca seguir el devenir cotidiano de los habitantes de una pequeña comunidad, narrado con gracia y sensibilidad, quedará encantado con Doctor en Alaska.

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Pero dejemos de lado las canalladas televisivas y entremos en materia. La acción de Doctor en Alaska transcurre en el pueblo de Cicely, Alaska, a varios cientos de kilómetros de cualquier lugar civilizado. A ese lugar, de clima asesino y belleza sobrecogedora, ha ido a parar una gran variedad de personajes cuyo único punto en común es que llegan allí derrotados por la vida en unos casos o huyendo de una existencia anodina en otros, y en todos ellos buscando un lugar donde empezar de nuevo. Excepto el Doctor Fleischman, claro, neoyorquino de pura cepa (del barrio de Queens) a quien el sistema de salud norteamericano le juega la putada de su vida, enviándolo durante cuatro años allí a prestar sus servicios profesionales. Este es uno de los hilos argumentales de la serie a través de los cuales nos introducen en la realidad cotidiana de Cicely, donde la curiosa forma de vida de sus habitantes y las no menos curiosas relaciones entre ellos acapararán el protagonismo al cabo de pocos capítulos.


;)

dimecres, d’abril 26, 2006 10:44:00 a. m.  
Anonymous Anònim Comenta...

Gracietes!! Mira q arreplegues informació de tot el q trobes, eh?
;o)

dijous, d’abril 27, 2006 2:57:00 a. m.  
Anonymous Anònim Comenta...

Jajaja! És de lo primer que ix en el Google si fiques "Doctor en Alaska". Sol ser així sempre... el que passa és que jo em faig el xulo un poquet, ho fique en cursiva i quede com un gran documentalista ;P

dijous, d’abril 27, 2006 8:03:00 a. m.  
Anonymous Anònim Comenta...

Bo, igualment ho has buscat, per al q ja cal cert interés... q per molt q amagues la teva cara friki, se't veu el plumero!! :) I seguret q t'ho guardes al teu arxivador personal!! ;oP

divendres, d’abril 28, 2006 4:56:00 a. m.  

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